jueves, 13 de febrero de 2014

Redes de Colaboración Científica para la Investigación Académica

En el siglo XXI y en los sucesivos siglos, la colaboración será fundamental para llevar a cabo proyectos de gran envergadura en cualquier ámbito y en especial cuando se trata de proyectos en ciencia y tecnología.

Tradicionalmente las instituciones de educación superior de la República Dominicana, han trabajado bajo un espíritu de competencia. Fenómeno que responde a la relativa juventud de la mayoría de las universidades, las cuales se encuentran en una etapa de consolidación y posicionamiento a nivel nacional y regional. Esta necesidad de diferenciación inicial, genera poderosas barreras de integración y de movilidad interinstitucional.

En la realidad dominicana la competencia dentro de los mercados de educación superior es, ante todo, de carácter posicional, en un doble sentido. En los niveles más altos, las instituciones compiten por los estudiantes más preferidos y los estudiantes compiten por oportunidades prestigiosas (Instituciones con alta reputación, selectivas, alta calidad, etc.) En cambio, a medida que se desciende en la jerarquía de las instituciones, la competencia adquiere un sentido distinto y se transforma, básicamente, en competencia por matrícula, y no calidad. En la parte más baja del mercado, las universidades dominicanas ya no pueden preocuparse de a quien ofrecen su servicio sino que deben actuar con una política de puertas abiertas y competirán simplemente por captar alumnos.

No obstante, las exigencias de los modelos educativos de las sociedades que intentan insertarse en las corrientes del desarrollo, demandan la generación de conocimiento a través de la investigación y las sinergias que produce una institución de múltiples propósitos y múltiples relaciones.

Las investigaciones en la República Dominicana están esparcidas a lo largo de las diferentes instituciones de educación superior y centros de investigación donde los especialistas trabajan de manera individual (islas científicas), privándose de la oportunidad de compartir logros y resultados que al aunar esfuerzos podrían generar aportes significativos al desarrollo de la ciencia y la técnica en el país. 

A pesar de las oportunidades que brinda el escenario nacional para acceder a conocimientos avanzados, desarrollar estrategias y participar en proyectos de investigación, existen algunos aspectos que impiden un desarrollo adecuado de las líneas de investigación en el país. El principal problema que debemos resolver para poder integrarnos al avance actual de la ciencia y la tecnología, es la colaboración interna. De ahí la conveniencia de aunar esfuerzos propios en la producción de conocimientos científicos y tecnológicos. 

Como lo ha planteado el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, la creación de redes de investigación y desarrollo es fundamental para potenciar el impacto de los resultados obtenidos de los proyectos de investigación, de ahí la importancia de la creación de herramientas que faciliten la vinculación y creación de estos grupos de profesionales con “intereses comunes y/o complementarios” en la investigación.

Nos encontramos ante una gran oportunidad de avanzar en los campos de la ciencia y la tecnología en el plano nacional y regional. El gran reto es como convertir en conocimiento útil la avalancha de información que se propaga a través de los diferentes medios de comunicación y como aprovechar el proceso de generación y apropiación del conocimiento para inducir procesos dinámicos de cambio social, a través de los cuales el conocimiento crea y fortalece capacidades y habilidades de personas u organizaciones que se lo apropian, convirtiéndose en un factor de cambio. Más importante aún, como aunar esfuerzos aislados en función de un interés científico colectivo que permita logros de mayor impacto a través de la colaboración interinstitucional.

En este sentido, la conformación de redes científicas mediante redes digitales de información está llamada a jugar un papel importante en los procesos de generación y apropiación del conocimiento.

Está demostrado que la vinculación de instituciones con actividad investigativa a través de redes, permite uno de los mayores flujos de cooperación e intercambio de información. Fomentar la creación de redes académicas de investigación en el ámbito nacional, introduce un componente dinámico que favorece las interacciones entre los diferentes actores. Estas redes proporcionan un mecanismo ideal para aquellos actores que se encuentran aislados, incluso en regiones con menor desarrollo científico, tecnológico o social. Este problema de asimétrica distribución de capacidades científicas y tecnológicas está presente en mayor o menor medida en todo el entorno regional. Por eso las redes que localicen y asocien individuos con intereses comunes, constituyen una alternativa para aliviar este problema. Especialmente en países como República Dominicana, donde existe una masa crítica insuficiente y debilidades en los grupos de investigación y desarrollo.

Este tipo de soluciones, permite no solo aprovechar la masa crítica existente, sino además, desarrollar sinergias derivadas de la colaboración entre grupos de investigación para abordar temas y proyectos de mayor envergadura y complejidad, mayor impacto científico, tecnológico, económico y social. 

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